Semana Santa de Hellín

DECLARADA DE INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL

TU PATRIMONIO CULTURAL

Una pasión vivida a lo largo de todo el año

La Semana Santa de Hellín es, sin lugar a dudas, una pasión para propios, pero que a su vez emociona a los extraños. Una pasión que, una vez vivida quiere volver a serlo.

La Semana Santa es mucho más que unas cuantas horas de tambor, de procesiones, de actos religiosos, de gastronomía y de hermandad. Es una pasión vivida por todos los vecinos a lo largo de todo el año, y eso se nota en el ambiente que se respira en la ciudad con la llegada de la Cuaresma, o en el brillo especial en los ojos de aquellos que templan sus tambores, planchas sus túnicas o ensayan el paso a marcar en la procesión.

Hellín en Semana Santa brilla y luce de una manera especial

La manifestación cultural y festiva más importante de las que se celebran a lo largo del año en la ciudad sureste de la provincia de Albacete.

Miles de hellineros y hellineras forman parte de las diferentes cofradías y hermandades que a lo largo de la semana pasional participan en procesiones y actos religiosos.

Desde el Vía Crucis de Viernes de Dolores hasta la Procesión del Encuentro, el Domingo de Resurreción, decenas de actos penitenciales se suceden partiendo y concluyendo en diferentes parroquias de la ciudad.

A destacar, por su particularidad, y por ser de las más multitudinarias, la Procesión de la Oración del Huerto, en Miércoles Santo, la Procesión del Silencio, al día siguiente, y la Procesión del Calvario y la del Entierro de Cristo, en la jornada de Viernes Santo.

La mayoría de esos nazarenos y costaleros cambian en determinados momentos sus túnicas coloridas por la negra, y pañuelo al cuello redoblan sus tambores por las calles de Hellín, participando en las multitudinarias tamboradas.

Algunos hechos interesantes

Número de participantes en la Semana Santa de Hellín

0
COFRADÍAS Y HERMANDADES
0
BANDAS
+ 0
TAMBORILEROS

UNA MANIFESTACIÓN DECLARADA DE INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL POR SU SINGULARIDAD Y ORIGINALIDAD, POR SU CLARA DUALIDAD ENTRE LA RELIGIOSIDAD MÁS ATILDADA Y EL BULLICIO FESTIVO Y SONORO DE MILES DE TAMBORES.

PROCESIONES Y TAMBORADAS

Se trata de una dicotomía indisoluble, dos vertientes de una fiesta que la mayoría de hellineros viven intensamente en ambas orillas, que sorprende a la mayoría de los visitantes que la contemplan por primera vez y enseguida se sienten partícipes de ella.

Durante los días más importantes de esa semana se llegan a reunir más de 20.000 tamborileros, redoblando sus preciados y cuidados instrumentos, algunos verdaderas obras de arte.

Pasión ronca y melodiosa

Desde los primeros toques, en la madrugada de Viernes de Dolores, hasta la recogida de la procesión del Domingo de Resurreción, hellineros y visitantes, muchos provistos de tambores prestados, elevan al cielo de este rincón de Albacete su lamento y alegría en forma de sonido sordo, ronco y a la vez melodioso. Destacan por multitudinarias las tamboradas en la tarde de Miércoles Santo, en la madrugada del jueves y la mañana del Viernes Santo, y la que discurre entre el Sábado de Gloria y la tarde del domingo.

Son sus tamboradas, y su convivencia con los actos religiosos, las que convierten a la Semana Santa de Hellín en un acontecimiento único

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