Noviembre, mes de difuntos

En la tarde del pasado domingo 22 de noviembre, coincidiendo con el último domingo del año litúrgico, la festividad de Santa Cecilia y la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, tuvo lugar la Solemne Eucaristía en memoria y sufragio por los cofrades difuntos.

Con el aforo del 40% al completo, en la Iglesia del Convento de Franciscanos cuya titular es Ntra. Sra. de los Ángeles, daba comienzo a las siete de la tarde la eucaristía presidida por el Asesor Religioso de la Asociación de Cofradías y Hermandades, y Párroco de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, D. Ricardo Magro. Así como con la presencia, también, de diversos miembros del Equipo de Gobierno, el Alcalde de la ciudad, Concejal de Semana Santa y representantes de algunas de las Cofradías y Hermandades que conforman el pleno de la Asociación.


La Capilla Musical de Hellín, situada en el coro de la Iglesia, dio comienzo a la ceremonia interpretando una adaptación de la marcha «La Pasión».
A continuación eran las palabras del Presidente de la Asociación de Cofradías, D. Víctor García Gil, las que servían como monición de entrada, pidiendo a los fieles allí congregados rezar por los difuntos, sirviendo esto como ejemplo de caridad y amor.


En el momento de la oración de los fieles, se pedía por las vocaciones así como por las almas de los difuntos, quienes nos dejaron el legado del amor más puro como es Cristo y su madre, la Santísima Virgen, a través de las Hermandades.
En el momento de la comunión, las notas musicales del «Ave María» de Caccini y un fragmento de la marcha «Mi Amargura» resonaban sobre la nave central y las bóvedas de la rehabilitada iglesia del convento.
En el momento final, se llevó a cabo el responso por los fieles difuntos que se solía realizar a los pies del monumento al nazareno, y que por motivos de seguridad ante la situación en la que nos encontramos a causa de la Covid-19, se realizó en el interior del templo. Al mismo tiempo, mientras la capilla musical interpretaba sus últimas piezas, el Secretario junto con el Presidente de la Asociación, realizaban la ofrenda a los ausentes al monumento dedicado al nazareno en la Plaza de San Francisco.


Ya una vez finalizado el acto y como colofón, en una intimidad absoluta, se interpretó a los pies del monumento antes mencionado la marcha de Abel Moreno «La Madrugá».

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